En Venezuela hay un golpe frío para provocar el desgaste de la Revolución

06.05.2013 11:58

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Esta acción, advierte el exministro de Agricultura y Tierras, Efrén Andrades, es un diseño difuso. “No es igual que cuando Estados Unidos bloqueó a Cuba, con una confrontación dialéctica entre dos contrarios”, aclaró

En abril del año 2010 a Efrén Andrades, primer ministro de Agricultura y Tierras de la Revolución, le preocuparon la merma de la producción agrícola y el aumento en las importaciones de alimentos, que pasaron de 1,3 millones de dólares en 2003 a 7,4 millones de dólares en 2008. Y en ese momento vio venir lo que denomina un golpe frío.

A diferencia del golpe caliente, como ocurrió en abril de 2002, el golpe frío busca medidas para frenar la soberanía agroalimentaria y se centra en dividir el sector público y privado, mucho más fuerte en un proyecto de país que busca favorecer a las personas más vulnerables con un aparato productivo que genere sus propios bienes y servicios. “Hay un desencuentro, un desenganche de los vagones del acuerdo nacional para sacar adelante el país y su nuevo modelo”, expresó Andrades desde Mérida.

-¿La situación actual de desabastecimiento se compara con lo vivido en el paro petrolero?

-Es un golpe frío.

-¿Es provocado?

-Hay causas provocadas tanto del sector privado nacional como del internacional, y también algunos provocadores del lado nuestro que hacen juego para que aumenten las importaciones. Estos últimos son gente que negocia y devenga beneficios de allí.

-¿El objetivo es sacar al gobierno?

-El capitalismo internacional ve con preocupación el ejemplo que está dando Venezuela, porque la Revolución Bolivariana se convierte en un modelo con secuencia histórica y lógica interna; por supuesto, tiene errores que forman parte del sistema de corrección. Hasta servimos para aplicarlo mejor. La idea, como dije, es crear un modelo social y luego económico que satisfaga a los más vulnerables, y para eso el sector productivo privado se debe acoplar a un desarrollo endógeno y modelo de producción.

-¿Es un golpe frío para qué?

-Para criticar lo malo, y se aprovecha de la confusión para detener globalmente el modelo.

-¿Aprovechar la confusión significa confundir al votante?

-No solo al votante, sino también al consumidor, quien se vuelve loco cuando le dicen que algo escasea. Es vulnerable.

-¿Y allí se está recogiendo un voto castigo?

-Diría voto confuso. El voto castigo es menos peligroso, porque implica responsabilidad del ciudadano y tiene que pensarlo.

-¿Eso pasó en los resultados electorales del pasado 14 de abril?

-Puede ser un voto confuso y eso es típico del golpe frío.

“A FUEGO LENTO”

Según Andrades, “el golpe frío” se ha implementado en otros países para alcanzar lo que llama “sistema de desgaste”. Por ejemplo, “el sandinismo se desgastó hasta el punto de quedar minimizado por casi dos décadas. En Perú también. Ocurre en aquellos sistemas sociales que han buscado cambiar” el modelo capitalista, detalló.

-¿Se está apostando al desgaste de la Revolución, del chavismo?

-Creo que sí, a fuego lento. Y debemos tomar medidas para evitar la confusión.

-¿Quién estaría interesado en hacer ese desgaste del chavismo?

-Unos son capitalistas, gente que se aprovecha. Fíjate, si traigo productos de Brasil, que es un aliado internacional, en el fondo estoy haciendo más vulnerable al país y lo pongo en manos de Brasil, de Argentina o de Colombia.

-En el contexto del Mercosur, ¿Venezuela se convierte en un consumidor?

-Ahorita somos consumidores sin obligaciones y podemos irnos cuando queramos. Cuando tienes obligaciones vienen los compromisos y los arreglos entre sistemas paralelos, el comercial se vuelve paralelo al gubernamental, al político de integración.

-¿Quiénes son los enemigos?

-El golpe frío es un diseño difuso. No es igual que cuando Estados Unidos bloqueó a Cuba, con una confrontación dialéctica entre dos contrarios. A veces tus enemigos se hacen tus amigos y toman medidas para perjudicar la estabilidad del país; por ejemplo, quitarle la soberanía alimentaria. Al capital nacional debemos hacerlo entender qué es la soberanía y la independencia. ¿Por qué permitimos que colorantes que hacen daño se importen en Venezuela? Es un negocio de ellos. Si quieren traer bebidas de esas, tráiganlas importadas de afuera y con sus dólares. Debe ser un acuerdo entre todos.

-¿Cuáles serían esos productos?

-Primero, los transgénicos. La soya de Argentina y Brasil es transgénica y la importamos. Es una contradicción, porque el presidente Hugo Chávez en el año 2004 sacó un decreto en el que se prohibía el cultivo de semillas transgénicas en Venezuela, pero las galletas Oreo, la leche de soya, los yogures las tienen. No estoy en contra de esos productos a rajatabla, pero hay que acondicionarlos, examinarlos y lograr un consenso.

¿SABOTEO DEL SECTOR IMPORTADOR?

Andrades entró con tres tareas al Gobierno Bolivariano: ayudar a elaborar las leyes habilitantes, participar en el plan de siembra 2001 y crear el nuevo Ministerio de Agricultura y Tierras.

Estando allí en las épocas más álgidas de la Revolución: tanto en el golpe del 2002 como en el sabotaje petrolero. Sufrió cinco atentados. “Algunos sospecho que venían, no de la entrega de tierras, que era lo más obvio, sino del sector importador, porque, junto con el sector privado, en la Comisión Presidencial Agrícola tomamos medidas para disminuir las importaciones, que fueron positivas”.

- ¿Quién es esa gente importadora?

-Tiene contactos con proveedores. Hay mucho capital golondrina; es decir, capitalista, que tiene un diseño, busca un mercado spot de alimentos o de oportunidad, y trata de poner sus productos en un lugar donde se necesitan, porque se creó la situación verdadera o artificial por especulación o esconderlos. Puede ser que quien esconda alimentos o los saque para Colombia sea el mismo que importe.

-¿No es solo una situación de acaparamiento?

-Es una realidad más dinámica. El acaparamiento es estructural. Pero como importador, hago que se mueva el sistema y creo la sensación de vacío para justificar que hay que traer, para que sectores que trabajan con la oportunidad del comercio internacional se enriquezcan y tengan mercado cautivo. Hay muchos intereses para que Venezuela no salga de la crisis alimentaria.

Andrades aclaró que cuando estuvo en la Comisión Presidencial Agrícola, “sentía un ruido del capital, de los importadores, del industrial que tiene capital extranjero en Venezuela como industria nacional, pero se aprovecha para traer otras cosas, que son negocios de más oportunidades”. Explicó que el valor agregado nacional, obtenido al procesar la materia prima importada con una cadena agroproductiva nacional, “representa un riesgo para el capital extranjero, en cualquier país”, porque “es mejor traer el paquete listo y te lo vendo”.

-¿Eso es lo que está pasando?

-Siempre ha pasado acá. Lo que sí es nuevo, a mi parecer, es el orden en que se están dando el desenganche y el desacuerdo, y la intensidad. Venezuela es un país importador: produce divisas petroleras que usa para importar. El modelo que trató de imponer el presidente Hugo Chávez era emponderar a la población y hacer que hubiese desarrollo endógeno. Tanto el capital como la industria nacional privadas forman parte del desarrollo endógeno del país y debemos hacerlos mirar hacia adentro. No me pelearía con ellos; les mostraría que están obligados a crear el dólar nacional distinto del petróleo, convertir los elementos de la tierra, las materias primas venezolanas en productos de consumo masivo.

-¿Sembrar petróleo?

-Sí. Sacar ese valor agregado sobre la materia prima nacional. No mirar los barcos que llegan, sino en qué convierto lo que llega, cómo darle valor agregado en Venezuela. Ahora, un acuerdo para un plan de siembra, para el precio del pan o para tomar decisiones sobre los envases de aluminio puede durar tres meses, y en aquel momento tardábamos dos o tres días. Y debemos incorporarlos.

-¿Se han negado?

-Cuando estuve en el gobierno, uno de cada tres prefería las importaciones.

-¿Cómo se podrían obligar? ¿Con leyes?

-No, con diálogo, convencimiento y compromiso. Con la Ley de Mercadeo Agrícola se obligó a hacer un plan de siembra entre el sector público y privado, y que ellos tomasen compromisos, porque son sujetos de derecho, no solo sujetos económicos.

LOS RETOS DE MADURO

-¿Cuáles son los retos del presidente Nicolás Maduro?

-Un 70% del problema en Venezuela es económico. La ventaja es que si lo resuelves ayuda al otro 30%, que es de gobernabilidad. El aparato productivo nacional público y privado -incluyendo los consumidores- es dependiente de los dólares del petróleo y estos cada día son más difíciles de acceder. Mediante una gran mesa de diálogo hay que recuperar el aparato productivo nacional con compromisos; tampoco el capital por el capital, pero tampoco podemos destruir el aparato productivo privado. Hay que restituir el valor agregado nacional tanto del sector público como privado en las condiciones del modelo económico venezolano.

-¿Se debe cambiar el sistema de Cadivi, el control de cambio?

-Volver al dólar libre va a ser difícil; debe ser a mediano o largo plazo, con una economía productiva nacional muy fuerte, pero no ahorita. Es un altísimo riesgo para el Gobierno; no se pueden tomar medidas drásticas, sino acuerdos y ponernos a trabajar juntos. Es dependiente la gobernabilidad al asunto económico, más que la inseguridad, que pasó a segundo plano este año.

-¿Qué augura?

-Hay un importante cambio en el gabinete económico y, si las ideas que han anunciado se ponen en marcha con seguridad, en un plazo máximo de dos años puede estar recuperada la economía venezolana. A nosotros nos tomó, después del paro, seis meses.

Texto y Foto/Annel Mejías Guiza