Radiofrecuencia facial, entre los tratamientos de belleza más demandados

31.08.2017 07:21

La preocupación por la imagen ha existido desde siempre y, día de hoy, la tecnología ha permitido que muchos de los tratamientos que antes se podían permitir solo las altas esferas, hoy sean habituales entre mujeres y hombres también de clase media. Y es que vivimos en un contexto muy competitivo, en el que el físico se ve como un arma más para conseguir el éxito, sobre todo, en el caso de quienes trabajan de cara al público. 

 

El deseo de seguir viéndose bien físicamente a medida que van pasando los años, es lo que hace que muchas personas se sometan a procedimientos como la radifrecuencia facial, “uno de los tratamientos de belleza más demandados para reducir e incluso eliminar las arrugas del rostro y devolver a la cara ese aspecto juvenil”, según explica la web Laradiofrecuenciafacial.es.

 

Mantenerse en un peso saludable, tratar las cicatrices o las varices o retirar el vello corporal, son otros de los motivos que llevan a muchos a ponerse en manos de un profesional.

 

Qué es la radiofrecuencia facial

 

La técnica de la radiofrecuencia facial, sus beneficios y sus resultados son ampliamente tratados por la web La radiofrecuencia facial.

 

Explican que es uno de los tratamientos de rejuvenecimiento del rostro más efectivos de cuantos existen en la actualidad: “Podemos decir que obtenemos los mismos resultados que un lifting, pero sin pasar por el quirófano. De hecho, se le conoce como el nuevo lifting sin cirugía”, explican.

 

Lo que se hace es aplicar ondas de radiofrecuencia, que producen sobre el tejido subcutáneo energía en forma de calor. Se estimula así la migración de fibroblastos, lo que provoca la contracción de las fibras de colágeno, responsables de tensar la piel. También fomenta su formación, lo que se conoce como colagenogénesis.

 

El tratamiento también produce un efecto vasodilatador en el rostro, es decir, mejora la circulación sanguínea. Y eso favorece el transporte de nutrientes y oxígeno por las células, lo que también tiene un efecto rejuvenecedor.

 

El procedimiento es sencillo y no tiene apenas contraindicaciones, según explica la web, a excepción de las pieles especialmente sensibles, con alguna enfermedad o infección cutánea, que presenten ampollas y otras anomalías, o que hablemos de mujeres embarazadas. En primer lugar, se limpia en profundidad el cutis del paciente para eliminar suciedad, y luego se delimita con un rotulador la zona a tratar, por donde se aplica un gel conductor.

 

El aparato se sitúa después sobre la piel, y se irá moviendo por las zonas marcadas una vez que alcance la temperatura ideal. Es habitual que el paciente sienta alguna molestia o picor, pero no dolor.

 

Tipos de radiofrecuencia

 

Los tipos de radiofrecuencia facial son resultado de muchos años de investigación y evolución, en los que destaca la aplicación de la tecnología. Laradiofrecuenciafacial.es recopila los aparatos que se pueden usar en la técnica.

 

El monopolar o unipolar genera calor directamente en la capa más profunda de la piel, por lo que es útil para atacar los tejidos adiposos. Eso sí, es el menos efectivo de la radiofrecuencia, según explican.

 

El bipolar, por su parte, actúa en la capa más superficial, combatiendo especialmente la flacidez. El tripolar, por su parte, es una combinación de los otros dos, por lo que combate la grasa y la flacidez. La energía y el calor se dispersan menos, por lo que se necesita menos potencia. Eso lo hace también más seguro, evitando que el paciente se queme.

 

Aparatos utilizados en radifrecuencia facial son Accent, Indiba y Thermage CPT.

 

Resultados del tratamiento

 

Así pues, las zonas más habituales de tratamiento son la frente, los ojos, los pómulos, el óvalo facial y perfil mandibular y el cuello. Y es que la radiofrecuencia facial, si es efectiva, levanta las cejas, tensa la piel de la frente, densifica y tensa la que se halla alrededor de los ojos, minimiza los poros, reduce el descolgamiento de tejidos (útil para disminuir la papada) y suaviza las arrugas profundas.

 

Por ello, también puede aplicarse en otras zonas del cuerpo, como los muslos, el abdomen y los glúteos. En su mayoría, quienes se someten a estos tratamientos son personas entre 30 y 50 años.

 

En definitiva, la radiofrecuencia facial mejora el aspecto de la piel sin que sea necesario recurrir a inyecciones de ácido hialurónico o botox. Sin embargo, aunque los resultados pueden ser visibles de las primera sesión, el número de estas varía según la necesidad. Por lo general, se recomiendan entre 4 y 6 en la cara y entre 6 y 10 en otras zonas del cuerpo.

 

Eso sí, hay que tener en cuenta que los efectos no se mantienen en el tiempo, y que solo es efectivo en casos leves o moderados. Cuidado también con el centro de belleza que se elige, ya que el intrusismo profesional es alto.

 

 

Fuente Panorama.com.ve/Salud