Una “trumpada” a los medios corporativos

10.11.2016 09:19

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¿Sorpresa?

El cartel de los grandes medios de comunicación predijeron la victoria de Clinton, la dieron ganadora en todos los debates y fueron multiplicadores de la difusión de los peores rasgos de Trump. Aún así comparten con la candidata demócrata ser los grandes derrotados

Primero fue la guerra sucia contra Bernie Sanders, el principal adversario de Hillary Clinton en las primarias. Allí los grandes medios cumplieron el libreto que les exigían las élites, así se comprobó tras la filtración de correos electrónicos de la cúpula demócrata. Allí cumplieron el objetivo, deshacerse de un candidato que resultaba demasiado alternativo para sus intereses. Presuntamente todo les estaba saliendo bien.

En ese contexto comenzó la campaña de las corporaciones mediáticas contra Trump. Resultaba paradójico que los medios que han justificado las acciones más trogloditas y terroristas del imperio dedicaran editoriales, páginas enteras, horas de televisión, radio e internet para alertar sobre el “peligro” que representaba Trump. Sencillamente surrealista, porque el multimillonario candidato republicano no decía en sus discursos cosas muy distintas a las que hacía Obama con una sonrisita.

El New York Times, el Wall Street Journal, las cadenas ABC y CNN, todos cartelizados tras el mismo objetivo: garantizar la victoria de Clinton. Mientras denunciaban las expresiones racistas y misóginas de Trump, callaban ante barbaridades como el festejo de Hillary tras el cruel asesinato de Mohamar Khadafi y la masacre que cometían sus tropas en Libia.

Luego como en un guion cinematográfico, de los mismos creadores de “Chávez es un dictador y un tirano”, salió: “Trump es como Chávez”, campañas con videos y presentadores de la CNN destilando veneno contra el líder de la Revolución Bolivariana. Clinton cayó en la tentación de secarse como tantos otros que han atacado con odio al comandante Chávez. No existe un solo rasgo de similitud entre Chávez y Trump, pero las todopoderosas corporaciones mediáticas se creían infalibles en su tradicional estrategia de sembrar miedo a la gente para manipularlos.

Como terroristas de la comunicación, las grandes cadenas acudieron a sus tradicionales artimañas, incorporaron casi que a Hollywood entero, con efectos especiales incluidos en la campaña contra Trump. Desplegaron a una miss Universo sin mérito intelectual alguno a victimizarse con respecto al dueño del concurso (Trump).

HORRORIZADOS

Ayer (miércoles) esos grandes medios amanecieron “horrizados” con lo que les deparó el antidemocrático sistema electoral estadounidense: Hillary ganó en el voto popular, pero perdió en los votos por colegios electorales. Los dos diarios que marcaron la pauta en favor de Clinton, el New York Times y Wall Street Journal, no disimularon su frustración.

El Times editorializó así: “Presidente Donald Trump. Tres palabras que parecían impensables para decenas de millones de estadounidense -y para gran parte del resto del mundo– se han convertido en el futuro de Estados Unidos”. Masticando su rabia agregaban: “Lo que sí sabemos es que es el Presidente electo menos preparado en la historia moderna y que a través de sus discursos y acciones, ha demostrado no estar temperamentalmente capacitado para liderar un país diverso de 320 millones de habitantes”, además lo adjetivaban como una “mente sin escrúpulos”.

Es el mismo diario que alabó a Clinton, aún cuando era público y notorio su participación en la planificación de guerras que han significado grandes masacres. Una señora que dijo en plena campaña que no descartaba el uso de armas atómicas contra Siria ¿qué clase de escrúpulos puede tener?

En tanto, The Wall Street Journal afirmó en su editorial: que el “terremoto político” que representa la victoria de Trump supone el mayor “desafío al orden establecido” en casi dos siglos en la historia del país “para bien o para mal”.

Bien vale preguntarse por qué tanta demostración de incertidumbre y frustración, la misma que se dibujaba en los rostros de los presentadores de la cadena CNN. Trump es todo un compendio del mismo modelo imperial, solo que aparenta ser más sincero. Eso sí, se despegó de los terroristas sirios y afirmó que lucharía junto a Rusia para derrotarlos.

La derecha latinoamericana también pareció sentirse atontada, los gobiernos de Brasil, México y Argentina no ocultaban su simpatía por Hillary. ¿Una derecha sorprendida por derecha? Por cierto, The New York Times en su página en español calificó la reciente victoria electoral sandinista como “una farsa electoral en Nicaragua”. ¿Una gran muestra de nivel académico y honestidad por parte de este “gran diario”? En Nicaragua se eligió al Presidente quien obtuvo, y por mucho, la mayoría de los votos. ¿Se puede decir lo mismo de la elección estadounidense?

LOS DATOS

Trump no obtuvo la mayoría del voto popular. Logró 59 millones 355 mil 496 votos, el 47,5%, frente a 59 millones 591 mil 635 sugragios de Clinton (47,7%). Sin embargo arrasó en las zonas rurales y semirurales, en las ciudades periféricas, allí todo el mapa se distinguió de rojo (color usado para identificar a los republicanos). Mientras Hillary triunfó en las grandes ciudades, aquellas donde se aparenta el mito de la gran nación diversa y multicultural.

Pareciera que Hillary logró ganar en el mundo de las apariencias, arrasó en Hollywood, en Manhattan, en Los Ángeles. Pero resultó derrotada en las regiones donde ha sido notorio el fracaso económico del modelo estadounidense y del libre comercio.

En las elecciones para el Senado, los republicanos conservaron su mayoría con una diferencia de 51 frente a 47 de los demócratas. En la cámara de representantes los republicanos obtuvieron 239 escaños ante 193 de los demócratas.

T/ Chevige González Marcó
I/ AFP