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El béisbol fue una de las pasiones del líder de la Revolución La “rabo ‘e cochino” de Chávez tenía el sello de “Tintán” López

28.07.2013 17:43

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Buen guante como primera base, poder con el bate y una curva efectiva aprendida en Sabaneta son algunas de las condiciones que hicieron del Comandante un sobresaliente pelotero

 

Tintán López y Adelis Franco

Hugo Chávez pudo haber llegado a las grandes ligas del beisbol si se lo hubiese propuesto. Además de su pasión y amor por ese deporte, contaba con condiciones naturales. Poseía inteligencia, suficiente estatura, su bate era respetable y como pitcher disponía de una curva solvente, la “·rabo ‘e cochino”, que lanzaba con maña para engañar a los bateadores. Con esa curva “ponchó” a Fidel Castro y a Sammy Sosa, el temible jonronero dominicano.

Juan “Tintán” López y Adelis Franco poseen sobrados elementos de convicción para asegurar que quien fue su compañero en el terreno de juegos durante tantos años pudo haber triunfado en el beisbol profesional, como era su sueño inicial, de no haber tomado definitivamente la carrera militar y luego verse arrastrado por el huracán revolucionario.

Franco y López, dentro de las innumerables anécdotas que guardan del Chávez beisbolista, recuerdan que el “home run” más largo dado por barinés alguno en el estadio Cuatricentenario de Barinas lo conectó Hugo Chávez, a mediados de la década del 70 del siglo pasado, en un encuentro disputado entre una selección local y la Escuela de Entrenadores venida de Caracas. La bola la sacó del estadio por el “right field”, a 320 pies de distancia. Adelis, a quien conocen como “Pelotero” o “El Lapo”, jugaba “short stop” o campo corto para el equipo de Barinas, mientras que “Tintán” López era el árbitro o “umpire” del juego.

Ambos, integrantes en Barinas del selecto grupo de las glorias deportivas, podrían permanecer todo un día contando amenas historias ocurridas en el campo de juego y fuera de él, teniendo como figura a “Tribilín”, apodo con el que conocían a Chávez por su contextura delgada y por lo patón (ya que calzaba 43 o 44).

Los dos concuerdan en que “Tribilín” era un “fiebrúo”, palabra que en el argot beisbolero alude a una especie de pasión desenfrenada por la pelota.

El Lapo, Adelis Franco, amigo del Comandante Supremo unidos por el béisbol

Chávez tenía un poco más 8 años cuando Juan “Tintán” López llegó a Sabaneta, traído por el maestro Hugo de los Reyes para que enseñara a jugar beisbol a los niños del pueblo, entre ellos a sus hijos. Desde entonces ocupó un lugar afectivo en los recuerdos del Comandante, quien lo mencionaba como su primer entrenador; como el hombre que le enseñó la cartilla del beisbol, lo dotó de la curva, le corrigió la impostura al agarrar el bate y le dejó claro que como zurdo estaba limitado a jugar en el campo como primera base, como pitcher, o en los “files”, ya sea en el “center field” o el “right field”.

Adelis Franco estuvo ligado a Chávez desde los años 70 del siglo pasado cuando comenzaron a jugar -en el mismo equipo o enfrentados- en “caimaneras”, en campeonatos locales, en juegos amistosos o en la selección de Barinas en torneos nacionales.

El Lapo ocupa hoy el cargo de Fiscal de la Comisión de Seguridad Ciudadana y Prevención Vecinal del Concejo Municipal de Barinas. Paralelamente organiza actividades de apoyo y solidaridad con la Revolución Bolivariana en la que participan peloteros y deportistas, retirados o activos . Dice que está organizando un equipo de softbol máster al que nombró Cuartel de la Montaña. “ Ahí tengo a un grupo de peloteros que, aparte de amigos, jugamos con el Comandante supremo”, señala.

Aunque nunca ha perdido el nexo con el deporte, López vive retirado del beisbol en un sector de Barinas, en una casa con paredes copadas de cuadros con pinturas campestres, innumerables placas y distintivos. En el cuarto guarda un bate de “fondear” que conserva celosamente como una reliquia. “Ya no salen más”, dice.

 

CANTERA DE PELOTEROS

“Conocí a Chávez de adolescente”, cuenta El Lapo. “Él vivía en la urbanización Rodríguez Domínguez, yo vivía cerca, en la Fundación Mendoza. Eran barrios cercanos. Allí prácticamente comenzó nuestra amistad a través del mundo del beisbol. Hay un campo en Barinas que se llama el estadio La Carolina que lleva por nombre Agustín Tovar. Actualmente allí está el estadio olímpico de fútbol donde juega el Zamora Fútbol Club, pero antiguamente era como un polideportivo. Ahí jugamos mucha pelota. Para esos tiempos estaban de entrenadores en Barinas el señor Encarnación Aponte y Juan Tintán López, quienes fueron los que prácticamente enseñaron a jugar pelota a nuestro comandante supremo”.

En el liceo O’ Leary, donde Chávez se graduó de bachiller, también jugaban con pelotas de goma en la plazoleta que está al frente. El home era un camoruco.

Por aquí la sacó Chávez

La urbanización Rodríguez Domínguez gozaba de fama en Barinas como cantera de peloteros. En los alrededores habían unos campos, o “peladeros”, donde los muchachos “mataban la fiebre”, entre ellos Hugo Chávez. El Lapo menciona con sus respectivos apodos que de la Rodríguez Domínguez son Alexis “Orejita” Rubio , Rafael Vásquez, Chicho Martínez, catcher que vivía al lado de la casa de Chávez. También Mimiyo Melgarejo, todo un pionero en el ámbito deportivo y quien impulsó la práctica del baskebal. Estaba Antonio Castillo, el famoso Caballo Loco, y otro pelotero apodado Petróleo, llamado Ernesto Salazar, hermano del grandeliga Argenis Salazar.

Entre los equipos de beisbol clase A recuerda al Sindicato del Transporte, con el que Chávez jugaba como primera base y pitcher, el IAN, el Capa.

Cuenta El Lapo que durante un campeonato nacional de Los Criollitos les tocó enfrentarse al estado Apure, una región sin tradición beisbolera. Pensaban que vencerían fácilmente.

“Resulta que no. Fuimos a extrainning. Jugamos como 15 episodios. A Hugo lo trajeron como pitcher de relevo. El juego estaba empatado 3 a 3. Por el equipo de Barinas llegó un corredor a tercera. A mí, Encarnación Aponte, el mánager, me dio la seña de squezze play. Yo hice el toque perfecto con lo que anotamos la carrera de ganar y dejar en el terreno a Apure. En ese juego había un pelotero apureño que apodaban El Burro, que hizo grandes jugadas y bateó; nos estaba ganando el juego él solo. Chávez y yo fuimos los artífices de la victoria”, señala El Lapo, quien anda por las calles de Barinas con “El morral de Chávez” al hombro.

-¿Consideras que Chávez era mejor pitcher que bateador?

-Como pitcher tiraba unas 80 millas- señala Pelotero. Yo creo que era mejor bateador y era buen primera base. En el mismo año 1976 hubo aquí en Barinas un campeonato nacional de beisbol clase A. Yo no pude estar porque se me quebró una pierna. Chávez entró en la selección. Barinas fue campeón al ganarle a Bolívar en el estadio Cuatricentenario. Hugo quedo como mejor primera base. Para mí él tenía las condiciones para haber llegado muy lejos.

 

BEISBOL Y CHA, CHA, CHA

“Tintán” López relata que su apodo, copiado de un famoso artista cómico del cine mexicano, viene porque le gustaba y le gusta bailar.

“Me vieron bailando cha, cha, cha y mambo. Dijeron: ‘se parece a Tintán’. Eso fue en una gira deportiva durante un encuentro de beisbol en Libertad de Barinas. Yo soy oriental, soy del Caripe del Guácharo. Llegué aquí en 1955, de 17 años. Recorrí toda Venezuela jugando beisbol amateur” señala.

Sobre su viaje a Sabaneta, refiere que en aquel tiempo trabajaba en el IND como entrenador deportivo . Allá en el pueblo, el maestro Hugo de los Reyes veía que se necesitaba un entrenador que enseñara a los muchachos. Entonces el jefe de la zona educativa, un señor llamado Arocha, quien también era director de deportes del estado, le dijo: ‘te voy a mandar a Tintán unos dos meses para allá”.

La curva rabo ‘e cochino

En Sabaneta llegó a la casa de Rosa Inés, la abuela de los hijos del maestro Hugo de los Reyes con doña Elena. Allí, en el patio dio las primera lecciones a los niños, entre ellos Adán Chávez y Hugo, de cómo se practicaba el beisbol.

Hugo era quien sacaba las almohadillas y las colocaba en las bases.

“Comencé por enseñarle las reglas”, cuenta. “ Yo les decía ‘el picheo en el beisbol grande mide 60 pies, que son 18 metros. Las bases miden 27 metros que son 90 pies. De home a primera son 27 metros que son 90 pies. De home a segunda 37 pies’. Les explicaba las reglas de la pelota. Después en la práctica, el bateo. El (Hugo) agarraba el bate al revés, maneao. Yo le decía ‘es así’. Vi que les gustó. Chávez sobresalía por el fanatismo, enamorado del beisbol. Y sobre todo cuando oía que jugaba el Magallanes, y estaba un pelotero con el mismo nombre Isaías Látigo Chávez, a quien yo conocí personalmente. El Látigo Chávez era su ídolo. Él se enamoró del beisbol. Él lo dice y es verdad: ¿Por qué el beisbol? Por un famoso pelotero que llevó mi papá, que es mi persona”.

“Tintán” se mantuvo por dos años en Sabaneta. Siempre iba. Fundó dos equipos, uno de adultos y otro de niños. Con el de niños en cierta ocasión ganó 24 partidos consecutivos.

 

A Hugo le gustaba pitchar. “Tintan” lo mandaba para primera, para el outfield. “Los zurdos tiene que jugar en los jardines, en primera o como pitcher. Esa es la posición”, le decía.

“Él aprendió. Era un niño muy educado, muy inteligente. Era un avión. Yo le enseñé la rabo ‘e cochino, a agarrar la pelota, cómo se curveaba, cómo se tenía que soltar la muñeca. Por donde vas a sacar la pelota para curvear, la de dos costuras, la recta. Le enseñé la técnica del bateo

-¿Tenía futuro como pitcher?

-Si, lo que pasa es que era muy flaquito.

-¿Hubiese llegado a las grandes ligas?.

-Yo siempre le dije: tienes buen tamaño, si te gusta y tienes interés, puedes llegar. Pero lo absorbió la carrera militar. No era fácil en aquel tiempo. Chávez no era mal bate. Tenía futuro. Yo lo digo en el documental que sacó la televisora VIVE: el hombre podía llegar.

-¿Chávez como pitcher era de maña o de velocidad?

-Era mañoso con la curva, con la rabo ‘e cochino. Buscaba las esquina, el home. Él oía mucho, era muy inteligente. Cuando te digo que hubiese llegado era por la inteligencia que tenía. Se administraba muy bien.

“Tintán” López confiesa que una vez en Elorza le dijo a Pompeyo Davalillo, quien también entrenó a Chávez, “mira Pompeyo, ese hombre no va a terminar su carrera militar”. Pompeyo se puso bravo. “¿Tú estas loco?”, le dijo.

TyF/ Manuel Abrizo


 

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