Angelino Santana: El extraño caso de la Aldea Universitaria de San José Parte II (Opinión)
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Alma Mater, quieren matarte…
Por Angelino Santana
Cuando me senté frente a la computadora a redactar este artículo, estaba seguro de lo que pensaba exponer. Sin embargo, justo en ese momento en que nos detenemos a pensar como iniciar la idea, debo confesar que me invadieron gran cantidad de dudas que me hicieron vacilar sobre mi criterio respecto lo que pretendo denunciar. Me explico:
Desde mi óptica, lo que sucede en la Aldea de San José, es un hecho repudiable, considerando que allí se han de formar gran cantidad de los profesionales que tendrán la responsabilidad de engrandecer nuestra patria; y el hecho de que los responsables de corregir tantas irregularidades guarden silencio, pues es cuando mínimo, vergonzoso.
Lejos de mejorar la situación, hemos visto como todo sigue igual y hasta empeora. Estudiantes buscando algún “monte” donde hacer sus necesidades fisiológicas por carecer de baños aptos higiénicamente, nuevas quejas (ahora por el manejo de las becas) sucio y escombros alrededor de la instalaciones, ningún culpable por las desapariciones de valiosos equipos y un largo etcétera…
En el capítulo anterior de esta especie de tragicomedia, asome la posibilidad (debo confesar que irónicamente) de fenómenos paranormales como culpables de lo que allí sucede, pero ahora pienso que pudiese ser un hecho algo más científico, aunque no probado aun, y me refiero a la teoría cuántica de los universos paralelos.
En el universo donde habito (o pensé que habitaba…) cualquier funcionario que actúe con la desfachatez, irresponsabilidad y negligencia cómplice como la que hemos observado en este caso, pues sería destituido de inmediato y se le abriría una averiguación, tanto por su negligencia en los aspectos académicos, como por los equipos desaparecidos y bienes del estado deteriorados. Eso no tendría discusión. Y las autoridades superiores, procederían de inmediato a corregir estas fallas y como desagravio, se mejorarían las condiciones de la infraestructura, equipos y, POR SUPUESTO, se nombrarían en los puestos a las personas idóneas, para ese momento vacantes, preferiblemente, claro, a los egresados de esta casa de estudio con mejor calificación y comprobada responsabilidad.
Pero no… pareciera que de alguna manera tropezamos con algún tipo de portal que nos transportó a un mundo paralelo, donde las cosas son muuuuuyy distintas.
En este extraño universo, la torpeza, negligencia, impericia, irresponsabilidad, desinterés por lo académico e interés por lo salarial, parecen ser las credenciales ideales para optar por un cargo de semejante importancia para el país.
En esta especie de realidad distorsionada, el silencio ante el atropello y la complicidad ante el abuso son la táctica a seguir ante cualquier denuncia de cualquier loco, venido seguramente de otro universo, que pretende que la ley se cumpla. Nooooo, aquí no mi amigo! Aquí es al que más le rinda. Las críticas son criticadas y la verdad es cosa del pasado. Aquí, los funcionarios “no están para complacer a nadie”, aquí lo hacemos mal y nos premian, humillamos y nos exaltan, aquí podemos cabalgar horario en manadas. Aquí, mi estimado amigo, la universidad poco importa para los que ya se graduaron…
Ante tal disyuntiva que me hace dudar si estoy o no en el universo que me corresponde, pues acudo a ustedes, los verdaderos jueces, los que tienen la última palabra, los lectores. A ustedes me remito en espera de que me hagan un enorme favor: opinen, si opinen. Debo leerlos para saber definitivamente si mi criterio es válido, si estoy en el universo correcto, sobre todo, si coinciden ustedes o no con lo que aquí les expreso.
En el artículo anterior, las críticas en su mayoría fueron de apoyo a esta denuncia (obvio ante los hechos) con un par de excepciones, una de las cuales para nada nos sorprendió, pero otra nos causó profunda tristeza. Sin embargo, todas las opiniones (no destructivas, vulgares ni ofensivas) son bienvenidas, pues es el debate de ideas CON ARGUMENTOS, lo que enriquece todo dialogo.
No se trata de un asunto político partidista, no se trata de culpar al gobierno o hacer leña con la UBV/Misión Sucre, pues es un caso bien especifico, porque por ejemplo, la aldea de Chivacoa funciona extraordinariamente bien y así habrán otras mejores que dan un verdadero ejemplo de gestión. No de hacer política barata y destructiva, se trata de un tema que nos atañe a todos sin color político de por medio. Las cosas están bien o están mal. No se puede ser indiferente ante cosas como esta. El silencio solo es complicidad, y ser cómplices (al guardar silencio) de algo que no apoyamos y sabemos que nos perjudicara directa o indirectamente, es algo que tal vez no podremos perdonarnos en un futuro muy cercano.
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