La Ossbv y el maestro Dudamel revivieron el amor y la tragedia de William Shakespeare
Notiyaradigital
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Una vez más las obras de Tchaikovsky estremecieron las tablas de la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música
La energía que fluyó ayer en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música, ubicado en Quebrada Honda, fue indescriptible. Por segunda oportunidad las obras Pyotr Ilyich Tchaikovsky encabezaron el repertorio de un concierto que superó las expectativas del público y que, además, contó con un valor agregado: la participación de actor Luigui Sciamanna.
Pasada las 11:00 am el concertino de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela (Ossbv) salió al escenario, y seguidamente lo hizo el maestro Gustavo Dudamel. La sala a oscuras dio inicio a la presentación, en que la Sciamanna recitó fragmentos de las obras del dramaturgo inglés William Shakespeare, clásicos de la literatura que sirvieron de inspiración al ruso Tchaikovsky para componer las piezas que se interpretaron ayer.
Hamlet. Fantasía Obertura, Op. 67 comenzó la travesía en el Centro, espacio donde la orquesta brilló más que nunca. “Oh, si esta carne mía, tan, tan sólida se derritiera hasta convertirse en rocío… Oh, si el suicidio no estuviera terminante prohibido por las leyes divinas… ¡Qué mercenario, qué insulso y caduco me parece todo! El mundo es un jardín lleno de ortigas, invadido por la inmundicia y la putrefacción (…)”, recitó con profunda entrega Sciamanna, quien tras cada lectura daba la bienvenida a la interpretación musical.
Seguidamente, La Tempestad. Fantasía Sinfónica, Op.18, retumbó en el escenario. Las filas de los violines, de los instrumentos de viento, de cuerda y de la percusión se fusionaron como nunca. El caos y la locura de este drama familiar que relata esta obra literaria atrajo aún más la atención de los presentes, quienes en silencio se deleitaban con otro de los espectáculos organizados para celebrar el 39 aniversario del Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.
El DRAMA MAYOR
“Me hablan sus ojos y yo le respondo a ellos… Amor mío, esposa mía, la muerte que bebí de tu aliento, no he podido arrebatárselo a tu belleza (…)”. Con este fragmento Sciamanna preparaba a las y los asistentes para escuchar una de las melodías más representativas del compositor ruso, Romeo y Julieta. Fantasía Obertura.
Cada nota musical daba cuenta del drama vivido por estos dos amantes. Un amor imposible, marcado por la tragedia. Un amor desmedido, incomprendido y juzgado. Un amor que mediante la música traspasó los huesos de los presentes, los cuales culminado el concierto ovacionaron por varios minutos a la orquesta, al maestro Dudamel y a Sciamanna.
UNA ENERGÍA EXTRAORDINARIA
Luego de tres años sin hacer este recital, la Ossbv convocó al actor para deleitar nuevamente al público capitalino con esta presentación cuyos antecedentes datan de 2009.
“Estoy muy contento. Siempre es una maravilla trabajar con la orquesta y con Gustavo”, afirmó Sciamanna, quien destacó que este espectáculo es “un intercambio energético entre los músicos y mi persona”.
En declaraciones al Correo del Orinoco, el actor, protagonista de la cinta Reverón, sostuvo que le encanta participar en este concierto: “Ya extrañaba hacerlo; de verdad es una delicia estar en escenario con la orquesta y en una sala tan bella como la Simón Bolívar”.
El artista refirió que quedó muy impresionado por la energía que circulaba en el lugar. “Todo estaba en silencio, el público estaba siguiendo todo, la música, las palabras. Fue muy bello porque el silencio también es una energía y te llega del espectador”, enfatizó.
Con las emociones a flor de piel, Sciamanna manifestó que este recital ha sido el que más le ha gustado porque cuando se hizo por primera vez fue una prueba y “a medida que lo vas haciendo vas encontrando el equilibrio en lo que que quieres lograr. Así que me encanta haber aplicado en esta ocasión lo que reflexioné en las veces anteriores que lo hice”.
Apuntó el actor: “Espero haber alcanzado una versión más equilibrada y más acorde con lo que me gustaría alcanzar, que no sé si he llegado a eso pero espero que se repita en algún momento”.
Finalmente, Sciamanna extendió sus felicitaciones al maestro José Antonio Abreu y a todos esos grandes talentos que integran el Sistema de Orquesta por sus 39 años de vida, entrega y trabajo por la música.
“Mi mensaje es que se siga trabajando duro, que se siga formando gente, que esa labor sea en función de tener un mejor país”, concluyó, y sentenció: “Es necesario que también se entienda la importancia de las otras disciplinas, que se sigan convocando – el teatro, la danza, la literatura-”, para este tipo de encuentros artísticos.
T/ Patricia Pineda
F/ Ángel Dejesús
Caracas