Murió Jorge Luis Pérez, periodista, escritor y bohemio (QEPD)

19.12.2013 19:08

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Raúl Freytez

La muerte nuevamente salió de su cueva sombría para arrebatarnos a otro comunicador social. Murió Jorge Luis Pérez. Escritor, periodista, cuentista y bohemio, hijo del barrio Caja de Agua, en San Felipe; nieto del célebre educador Bachiller Trinidad Figueira, y criado por su abuela Rosa Pérez, surgida de un tronco familiar humilde; gente trabajadora presta siempre a la ayuda al prójimo y por lo tanto muy apreciada por el colectivo municipal.

Jorge Luis inició la carrera de Comunicador Social en la década de Los Dart y los 007, bandas que rompieron los esquemas musicales de los años sesenta, tan igual que Cherry Navarro, Henry Stephen, Trino Mora y Edgar Alexander, de quienes fue fanático.

Desde entonces empezó a trabajar en medios impresos y radiales, en Valencia y Puerto Cabello, hasta asentarse en su lar nativo para conducir espacios radiales con entrevistas a personajes destacados de la política regional y nacional, artistas y pueblo llano, otorgándoles espacio para sus denuncias.

Escribió en “Menú de Noticias”, del periodista Héctor Carabaño, también fallecido, y luego enrumbó su camino hacia la escritura para publicar los libros “Matrimonio, camino incierto” (2009); “Celos, cáncer del amor” (2010); “Qué elegir entre el miedo y la soledad” (2011); “No me mientas por favor” (inédito) y “Julio César León Heredia, Visión y Futuro Revolucionario”, donde dibujó con sus letras la biografía del primer mandatario del estado Yaracuy, con prólogo del periodista Héctor Carabaño (QEPD).

Que se haya sabido, fue un amante de la tauromaquia, e incluso llegó a vestir el traje de luces en la ciudad de México, pero sólo con estocadas de novato, porque su verdadero oficio lo dedicó a tiempo completo al mundo de la comunicación social durante décadas de labor sin fin, por lo cual fue acreditado con varias distinciones periodísticas, sin desmeritar el hecho de que su pasión por la música, el baile y la poesía, le colmaban parte de su tiempo, así como su amor por San Felipe, la ciudad que no quiso abandonar nunca más, hasta el último aliento.

En una ocasión, de las muchas que compartimos, me comentó que muchos nacidos en Yaracuy, en San Felipe, parece que vivían por estos lares sólo de vacaciones, porque esas personas no escogieron nacer aquí; en cambio otras que nacieron en otras partes del país, e incluso fuera de Venezuela, se habían entregado en cuerpo y alma a enaltecer con sus acciones a esta tierra, porque escogieron ser yaracuyanos. Me dijo entonces: “En mi caso, cuñao, nací aquí, me crié aquí y cuando muera quiero que sea aquí”. Descansa en paz, querido amigo, cuñao y colega.

Cortesía de Cronista de San Felipe Yaracuy