No solo acordes: así ha revolucionado la tecnología el mundo de la música

01.09.2017 09:57

Los debates son encendidos si se trata de decidir qué significó un antes y un después en la historia de la música, qué actuó como gran revolución. Casi siempre, los grupos tendrán un protagonismo destacado en esas conversaciones.

 

Así sucedió hace unos años cuando un grupo de académicos británicos de las universidades de Londres Queen Mary y Imperial College trató de identificar qué revolucionó realmente un género tan conocido como el pop, y cómo tuvieron lugar tales hitos.

 

Más de 17.000 canciones que tuvieron presencia en la famosa lista US Billboard Hot 100 fueron analizadas. Se estudiaron, en concreto, factores como la armonía, tonos o acordes, y los resultados se publicaron en la revista Roya Society Open Science.

 

La primera revolución se fijó en 1964, cuando sonaban bandas como Rolling Stones o The Beatles, estos últimos liderando la invasión de grupos británicos a nivel internacional. Se incrementaron los acordes mayores y guitarras y voces menos delicadas empezaron a tener más protagonismo, según los investigadores, en detrimento de los conocidos como acordes de séptima dominante, muy propios del jazz o el blues.

 

El género pop vivió su segunda gran revolución en 1983, cuando las nuevas tecnologías dieron un giro radical a la producción musical. Sámplers, sintetizadores y cajas de ritmos marcaron la pauta, e ayudaron a que triunfaran Michael Jackson o The Police, entre otros.

 

Pero los investigadores fijaron la mayor revolución en el 91, que abrió un tiempo en el que el rap, el hip hop y otros géneros underground que se desarrollaban en entornos muy alejados de la música comercial, empezaron a ser aceptados en los estudios. Demostraron que voz y ritmo, aun sin armonía, se puede hacer una canción pop exitosa, aseguraban los investigadores. Nas o LL Cool J dieron buena cuenta de ello.

 

Todavía hoy siguen vendiendo una estética más allá de canciones, que además, cosas también de la tecnología, es más adquirir a través de una tienda online.

 

La tecnología, la verdadera revolución

 

De lo anterior se extrae lo importante que han sido las novedades de la tecnología en el campo de la música, los auriculares son un ejemplo, y cómo esta se ha utilizado de forma creativa por productores y músicos talentosos. De su capacidad ha dependido la creación de nuevas piezas que luego han sido éxitos incontestables. La presencia de la tecnología es evidente, sobre todo, en la segunda revolución citada por los investigadores.

 

Lo cierto es que, aunque el estudio se centre en un género y una época concreta de la historia, el progreso tecnológico ha afectado por igual a otros desde sus mismos inicios. Explica, de hecho, que la música pasara de ser una experiencia vivencial más o menos exclusiva, apoyada sobre todo en el directo, para convertirse en toda una industria.

 

Cabe mencionar los cambios en las técnicas de grabación o en los soportes. Del disco de vinilo, un formato basado en la grabación mecánica analógica, se pasó al casete. La llamada generación Xennial, de nacidos entre 1977 y 1983, está llamada a recordar cómo era pasear por ahí con un walkman, pues se dice que será la última que recuerda cómo era la vida sin Internet.

 

Después llegó el disco compacto o CD, aunque está mejor decir que su uso se extendió. Y es que empresas como Philips y Sony ya habían empezado a comercializarlo a principios de los 80. Su gran ventaja era que se podía reproducir sin cesar, y sin que su calidad se viese vencida.

 

Las nuevas plataformas

 

Como sabemos, no terminó la historia ahí. Al calor de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación se desarrollaron redes que unen a la misma industria de la música con la electrónica y las telecomunicaciones, además de a usuarios muy duchos en esa comunicación online.

 

Parece que costó aceptar esa oleada de nuevas plataformas y formatos, que abrieron un mercado paralelo de discos no originales que pusieron en un brete a quienes quieren ganarse la vida con la música.

 

Sin embargo, los actores de la industria musical han entendido que estas nuevas redes reduce costes de almacenamiento, distribución y comercialización, por lo que ahora se centran en conocerlas bien para explotarlas al máximo.

 

La sensación es que ha sido el usuario medio el más beneficiado. Hoy tiene al alcance de su mano toda la música que desee, gratis e instantánea.

 

Spotify

 

No hace falta ser siquiera amante de la música para disfrutar con las novedades en spotify, una plataforma de música en streaming que presenta varias modalidades al usuario. Dependerá de si este quiere disfrutar de un servicio completamente gratuito, aunque con anuncios, o abonar una suscripción por eliminar la publicidad y ganar en calidad de audio.

 

Spotify tiene otros servicios que permiten escuchar música en modo radio, sugiere listas de reproducción y deja al usuario elaborar las suyas propias, sean públicas o no. Es la que domina en esto de las plataformas de música, lo que se plasma bien en un dato: posee 100 millones de usuarios en todo el mundo, de los que al menos el 30% usa suscripción premium.

 

Last.fm

 

Last.fm sí es una red social propiamente dicha, concepto que se funde con el de radio vía Internet. Se completa con un sistema de recomendación musical que también tienen otras plataformas como la mencionada Spotify.

 

A los usuarios les gusta porque permite conocer cuáles son las canciones más escuchadas del mundo, entre otras cosas.

 

Apple Music

 

El gigante estadounidense también puso sus miras en esto de la música en streaming,  y, de hecho, se aventuró que iba a quitarle muchos usuarios a Spotify. Pero nada más lejos de la realidad. Quienes se han decantado por esta plataforma son, sobre todo, leales a la marca de la manzana.

 

Su catálogo, eso sí, consta de unas 30 millones de canciones y acceso a emisoras de radio, por cerca de 10 euros en plan normal, más en planes familiares (15 euros) y menos en el caso de estudiantes (5).

 

Google Play Music, Deezer o YouTube son plataformas también muy utilizadas para escuchar música.

 

Fuente Panorama.com.ve/Ciencia y Tecnología