William Castillo dijo que medios privados fueron los protagonistas El 11-A en Venezuela se dio el primer golpe “mediático” de la historia

11.04.2013 11:15

Notiyaradigital :

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La socióloga Maryclen Stelling explicó que el 11 de abril las empresas privadas de información actuaron como operadoras políticas

El 11 de abril de 2002 en Venezuela ocurrió un hecho inédito en el mundo: se rompió el hilo constitucional con un golpe “mediático” apoyado por mercenarios y una parte de la cúpula militar. Un día como hoy, hace 11 años, el presidente Hugo Chávez fue secuestrado en medio de una ola violencia que se desató en el centro de Caracas, signada por informaciones poco claras con las que se intentó hacerle creer a la población que el Ejecutivo había ordenado reprimir al pueblo y se incitaba a usurpar ilegalmente el poder.

“Los medios privados de Venezuela fueron los protagonistas principales del 11 de abril. Fueron el eje articulador que permitió dar un golpe de Estado y venderle a la población venezolana y al mundo que ese día se violaron los derechos humanos, lo que justificaba un alzamiento militar contra el presidente Chávez”, aseveró William Castillo, presidente de Venezolana de Televisión (VTV).

Los canales privados Venevisión, Globovisión, Radio Caracas Televisión, Televen, La Tele y televisoras internacionales como CNN, fueron parte de ese eje articulador del “primer golpe mediático de la historia”, señaló Castillo.

El 11-A los medios se caracterizaron no tuvieron como objetivo informar sino actuar con fines políticos: “Dejaron de lado la ética y se convirtieron en operadores políticos que querían darle un golpe de Estado a un Presidente legítimamente elegido, y lograron sacarlo por un espacio de tres días”, resumió la socióloga Maryclen Stelling, integrante del Observatorio Global de Medios.

Este “golpe comunicacional” que se dio en Venezuela es un acontecimiento inédito en el mundo, y a la socióloga le extraña que en las escuelas de comunicación no se estudie la actuación de los medios durante el 11, 12 y 13 de abril de 2002, añadió la investigadora.

Por su parte, la documentalista Liliane Blaser explicó que los medios privados cumplieron una ardua labor de propaganda política para preparar la explosión que se dio el 11 de abril. “Calentaron la calle, argumentó, para que se diera una enorme marcha durante la cual un cogollo, los golpistas de las oposición, pudieran organizar su golpe”.

La realizadora precisó que los canales de televisión privados y los periódicos prepararon el terreno psicológico “para que la gente estuviera cada vez más odio hacia el Gobierno y hacia el Presidente”, y que pudiera responder “a un llamado de cualquier tipo”.

Blaser también cree que los diarios y la televisión no fueron los únicos actores del golpe: “Los medios fueron parte de un aparato que incluyó francotiradores y a una cúpula militar”.

Aclaró que el rol de los medios fue el de exacerbar la psique de la derecha para lograr su fin mediante asesinatos con francotiradores, agentes de la Policía Metropolitana e infiltrados en las Fuerzas Armadas.

EL DETONANTE: LAS LEYES HABILITANTES

Según William Castillo, el golpe se gestó en 2001, con el apoyo de las empresas privadas de información al paro patronal que comenzó en diciembre de ese año, el ataque a las 49 leyes que el Comandante aprobó por Ley Habilitante, la promoción del ambiente de confrontación callejera y la violación a las leyes que regulaban la televisión. Además, se brindó una vitrina para mensajes de voceros castrenses que desconocían al Gobierno y que comenzaron a declarar durante los meses de enero, febrero y marzo de 2002.

Hasta “los medios salieron a confrontar a la Guardia Nacional (que resguardaba la calle) con máscaras antigases”, acotó.

Las empresas privadas de información, dijo el presidente de VTV, también promocionaron la violencia y la confrontación en las manifestaciones, cedieron prácticamente sus espacios a la oposición, incluso, los de opinión.

Castillo precisó que las actuaciones de los medios se pueden constatar al revisar las ediciones de esos días que demuestran que las empresas de comunicación, con el Grupo Cisneros (Venevisión) a la cabeza y El Nacional -que sacó una edición extraordinaria el 11 de abril en la que anunció: “Batalla Final será en Miraflores”, fueron actores principales del golpe de Estado contra Chávez.

En esa batalla que tuvo lugar en el centro de Caracas fallecieron ciudadanas y ciudadanos que estaban con la Revolución y con la oposición. Estos muertos y los del día 12, que son olvidados al recordar estos hechos, forman parte de un “crimen” imperdonable. “La puesta en escena del 11 de abril contribuyó a una herida social insalvable, ya que a pesar de todas las evidencias que se han recogido, un enorme número de personas quedaron convencidas de que se hallaba frente a un Gobierno asesino”, fustigó Liliane Blaser.

El 11-A las televisoras privadas marcaron un hito en la historia de la información en Venezuela cuando durante una cadena nacional que ofreció el presidente Chávez las televisoras privadas dividieron la pantalla para transmitir imágenes de lo que sucedía en la calle. La documentalista dijo que estas imágenes generaron confusión, porque incluso se mostraron caídos de la Revolución, pese a que los medios decían que eran manifestantes de la oposición.

“Por esto pienso, y lo he dicho a través de todos estos años, que la primera parte del documental Llaguno, claves de una masacre, de Ángel Palacios, se debería presentar en cadena nacional, por el derecho de las usuarias y los usuarios de los medios privados a conocer estas evidencias”, añadió.

William Castillo alegó que la actuación de los medios fue reconocida por los mismos golpistas el 12 de abril, cuando dijeron: “No hubiera sido posible dar este golpe sin la participación de los medios de comunicación”.

PROTAGONISTA DE LOS HECHOS

El 11 de abril Liliane Blaser filmó parte de los acontecimientos que ocurrieron en el centro de Caracas. Ese día vio “caer a mucha gente”. Presenció la muerte del fotógrafo Jorge Tortoza y cuando se hirió a Malvina Pesate y a otros manifestantes de la oposición. “Fue muy extraño ver que todos tenían disparos en la cabeza”, contó.

Con las imágenes tomadas por Blaser y otros trabajos, el cineasta Ángel Palacios, pudo contar parte de la verdad de lo que sucedió ese día en su documental Llaguno, claves de una masacre. “Se ve como una persona que dispara a una hora no puede matar necesariamente a otra que cae una hora después. Mostró evidencias temporales y espaciales. Sin embargo, uno ve gente de la oposición repitiendo cosas que en esa película están completamente imposibilitadas. No son testimonios, es casi una investigación policial”, aseguró.

La documentalista cree que todavía falta mucho por decir de los acontecimientos de abril y que muchas pruebas fueron borradas. “Menos mal que se recuperó el hilo constitucional, porque si ellos (la derecha) hubieran ganado el golpe, probablemente la versión que hubiera quedado no sería la verdad”.

EL PRESIDENTE PASÓ LA PÁGINA

William Castillo apuntó que el presidente Chávez perdonó a los medios y la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que determinó que en los sucesos de abril de 2002 hubo un “vacío de poder”, libró a muchas personas de responsabilidades penales.

Ahora, “desde el punto de vista histórico, comunicacional y ético, la actitud criminal de los medios quedó impune y por eso siguen actuando de igual manera”, sentenció.

Maryclen Stelling coincide con Willian Castillo en que en abril de 2002 se inauguró un capítulo de impunidad que ha marcado la actuación de los medios. El golpe de Estado de hace 11 años, fustigó la socióloga, no se ha estudiado lo suficiente desde sus dimensiones política, legal, comunicacional, social ni ética. “El presidente Chávez prefirió perdonar, pasar la página”, agregó.

La de los medios, fue una conspiración abierta, porque se confrontó al Gobierno abiertamente. El Ejecutivo, con poca malicia, no supo leer lo que se le decía desde las empresas privadas de información, dijo Stelling.

El presidente de VTV cree que aunque en Venezuela se han promulgado diversas leyes para regular la actividad de los medios, éstas se podrían mejorar: “En Venezuela no existe censura previa, ni va a existir nunca, pero los medios, los dirigentes y los comunicadores tiene que hacerse responsables”.

Castillo ve “lejano” que se repita un “golpe mediático” como el de 2002, porque el pueblo venezolano aumentó su conciencia con esos fatídicos sucesos. “Ahorita las clases populares de Venezuela son las clases políticas más desarrolladas y más cultas en lo ideológico. La clase más atrasada es la clase media opositora y la oligarquía, porque no leen ni estudian la historia, no son autocríticos. No obstante, los medios siguen siendo la punta de lanza en la campaña de desestabilización, de confrontación”.

ROBERTO GIUSTI: LOS MEDIOS SOLO REFLEJARON LA REALIDAD

Para el veterano periodista Roberto Giusti, el 11 de abril los medios solamente reflejaron lo que sucedió en ese momento y aseguró que la responsabilidad de la intentona fue de los militares.

El reportero, que es presentador en Globovisión, dijo que previo a los sucesos de abril el Gobierno tuvo una posición “radical” por la aplicación de la Ley de Tierras, que generó el primer paro cívico el 10 de diciembre de 2001, organizado y promovido por la Central de Trabajadores de Venezuela y Fedecámaras.

“Los medios de comunicación temiendo que este régimen de tipo totalitario -que se traducía en las invasiones (de tierras)- generaron un movimiento de crítica nacional que produjo un realineamiento de las fuerzas de oposición desde el punto de vista político, que se tradujeron en manifestaciones masivas de protesta y que desestabilizaron al Gobierno del presidente Chávez, que terminó en lo que pasó el 11 de abril”, admitió.

Giusti rememoró que antes del golpe de abril de 2002 había un clima de “agitación, de resistencia, de rebelión evidente” que los medios ” debían registrar, y eso fue lo que se hizo: reflejar una realidad que estaba allí”.

-¿La realidad de un sector o de todos los sectores?

-Era un sector muy importante en el país, que en ese momento era una gran mayoría que le pedía a Chávez que echara para atrás un estilo de concebir las relaciones de poder, que no se correspondían con su oferta electoral del año 1999. Los medios reflejaron una realidad y había, por supuesto, una parte del país que apoyaba a Chávez pero en ese momento no era la mayoría.

-Pero el Presidente había ganado las elecciones con una amplia mayoría y tenía el apoyo popular.

-Chávez no tenía el apoyo popular, el apoyo popular estaba en ese momento con las fuerzas políticas que estaban en rebeldía frente a lo que el Presidente pretendía. Hay que recordar que fue tan así, que se convocó a un referendo revocatorio para buscar una salida política después del 11 de abril y Chávez, muy hábilmente, logró dilatar la celebración de ese referendo durante un año que fue decisivo, porque coincidió con el inicio de la bonanza petrolera y la puesta en funcionamiento de la primera misión, que fue Barrio Adentro. Ahí comenzó la etapa populista del Gobierno, de clientelismo masivo, que tuvo una influencia directa en los votantes.

El 11-A durante una transmisión conjunta de radio y televisión del presidente Chávez, los canales privados decidieron dividir la pantalla para mostrar la supuesta represión del Gobierno contra los manifestantes de la marcha de la oposición. Giusti sostiene que esto fue una “posición de desafío” por la “pérdida de legitimidad del Gobierno”.

El periodista no cree que el 11 de abril se diera un golpe de Estado desde los medios de comunicación. En su opinión, los actores principales que imponen regímenes totalitarios son los militares: “Los golpes son situaciones de hecho en los que no se impone la razón, ni el escrutinio popular, sino todo lo contrario, se impone la fuerza y para ello se necesitan las armas”.

DE EMPRESAS PRIVADAS DE INFORMACIÓN A ACTORES POLÍTICOS

A finales de los años 80 y durante los 90 los medios de comunicación social en Venezuela se convirtieron gradualmente en actores políticos: se excedieron de sus funciones originales (informar, educar y entretener), no como resultado de un plan maquiavélico sino como resultado de un proceso en el que los partidos tradicionales perdieron paulatinamente su legitimidad, contó Maryclen Stelling, del Observatorio Global de Medios.

La socióloga ejemplificó que en aquellos años las venezolanas y los venezolanos habían dejado de votar y la abstención se había convertido “en una segunda fuerza electoral”. “Llegamos a finales de la década de los 90 con partidos políticos que carecían de credibilidad y unos medios de comunicación que habían ido asumiendo – con la anuencia de la sociedad- funciones de instituciones políticas”.

Stelling reseñó que en la Cuarta República los medios de comunicación y los grupos económicos prestaban apoyo a las candidatas y los candidatos presidenciales. “Había una suerte de acuerdo informal” en el que si el candidato era aupado por un medio o se le prestaba capital o aviones, el aspirante una vez que ganaba la presidencia debía aplicar la “ley de la reciprocidad”, de esta manera desde el Ejecutivo se beneficiaba a los grupos económicos y a los medios. “Eso era algo que se hacía de forma corriente, no se veía como un problema ético, era un uso y una costumbre legitimada política y socialmente”, comentó.

Hugo Chávez ganó, en 1998, las elecciones presidenciales sin el apoyo de los partidos tradicionales. No obstante, seis años antes había liderado una rebelión militar con el gobierno de Carlos Andrés Pérez que fue apoyada por los medios, los grupos económicos, intelectuales y grupos religiosos. “Cuando Chávez salió de la cárcel de Yare estaba consagrado por las élites económicas y políticas así como por los medios de comunicación social”, subrayó.

Stelling recordó que el Comandante ofreció su primer discurso al ganar la Presidencia en el Ateneo de Caracas, una institución que estaba manejada por la familia Otero Castillo, vinculada al diario El Nacional. “Ese medio tenía unas expectativas en cuanto a la aplicación de la ley de la reciprocidad”, pero Chávez comenzó su Gobierno con “un nuevo pacto social, no de elites”.

Cuando el líder de la Revolución llegó a la Presidencia inauguró un nuevo estilo de gobernar, que no contemplaba respetar siempre la ley de la reciprocidad pero si de brindar atención a los excluidos, de promover la democracia protagónica, de dignificar a los pobres, etcétera. Pese a estas propuestas, observó la socióloga, el Mandatario tuvo una “luna de miel” con los medios y empresarios que duró hasta el año 2001.

Una vez que Chávez promulgó 49 leyes habilitantes y se comenzó a distribuir la renta petrolera con énfasis en lo social, en el año 2001, se vieron afectados los intereses de grupos económicos. Fue en ese momento que comenzó la ruptura de la luna de miel y en 2002, con los sucesos de abril, se legitimó el “divorcio” entre Chávez y los medios de comunicación, que se consagraron como operadores políticos el 11-A.

Stelling señaló que a partir de abril de 2002 los diarios, la radio y la televisión se dedicaron a ser movilizadores para la conflictividad social.

BREVE RECUENTO DEL HORROR

Un día como hoy, hace 11 años, cientos de opositores del presidente Hugo Chávez se unieron en una marcha por las principales vías de Caracas para protestar contra el Gobierno. Esta manifestación fue desviada de su ruta para que finalizara en el Palacio de Miraflores y solicitar su salida del Ejecutivo. Con la llegada de los manifestantes al centro de la capital se desató una ola de violencia y confusión.

Según un informe de la Comisión Especial de la Asamblea Nacional encargada de canalizar los recursos destinados al auxilio de los afectados y familiares de las víctimas del 11 al 14 de abril de 2002, un total de 24 personas fallecieron durante el golpe de Estado. Las investigaciones han demostrado que algunas personas cayeron en manos de francotiradores dispuestos en las azoteas de los edificios y efectivos de la Policía Metropolitana.

Texto/Várvara Rangel Hill
Foto/María Isabel Batista-Archivo CO