Con un recital junto a la Orquesta Juvenil de Chiba la SJC se despidió de Japón

15.10.2013 09:41

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Al finalizar la presentación el maestro José Antonio Abreu hizo público su deseo de repetir este concierto protagonizado por un equipo binacional de músicos, pero en suelo venezolano

Cinco conciertos a sala llena en tres ciudades, con ovaciones de hasta 10 minutos, además de un emotivo encuentro artístico y amistoso entre las representaciones de Venezuela y la Tierra del Sol Naciente fue parte del saldo de la primera gira de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas (SJC) por Japón, periplo finalizado ayer con un recital en el que se fusionaron con una agrupación similar de Chiba, ciudad ubicada a 47 kilómetros al sudeste de Tokyo.

El director de la SJC, Dietrich Paredes, calificó la visita a la nación asiática como “una experiencia muy linda” de la cual se lleva “preciosos momentos musicales” que jamás olvidará.

“Tuve sensaciones únicas al dirigir, que yo creo que son de esas irrepetibles en un artista”, declaró a los medios de comunicación socia al finalizar la presentación en Chiba.

El batuta remarcó que el éxito recogido en estas presentaciones es producto de un arduo trabajo desarrollado en los ensayos y en los constantes ejercicios de preparación. No obstante, lejos de descansar en la meta alcanzada y evidenciada por la acogida de estos conciertos por parte del público, “lo que me llevo de Japón es un gran compromiso para seguir trabajando y seguir adelante”, manifestó.

Aún cuando rescató la calidad de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Chiba (OJC) y el importante significado de integrar con ellos una orquesta binacional en el último recital programado para esta visita a Japón, Paredes destacó como “dos grandes momentos” las presentación en Hiroshima el pasado martes 8 de octubre y los dos espectáculos que dirigió en Tokyo los días jueves 10 y viernes 11.

“El (único) concierto de Hiroshima, fue especial por el lugar, las sensaciones que trasmite y la historia de ese sitio. Y Tokyo, porque es una ciudad única. En Chiba, fue muy bonito compartir con los niños de esta orquesta, pero creo que a Tokyo e Hiroshima me las llevo en el corazón”, reveló.

LA MAGIA DEL ÚLTIMO

El recital de cierre de este recorrido del Sistema Nacional de Orquestas en Japón, escenificado en el teatro Bunka Kaikan, comenzó con el Concierto para Contrabajo y Orquesta, de Von Ditersdorf, interpretado por la OSC bajo la dirección del maestro Michiyoshi Inoue, con la participación como solista del contrabajista venezolano de proyección internacional, Edicson Ruiz.

La primera pieza concluyó con una lluvia de aplausos que provocó tres regresos de Ruiz al escenario, el último de ellos para repetir uno de los movimientos de la pieza compuesta por Von Ditersdorf.

A partir de ese momento, Edicson Ruiz no volvió a salir del escenario: dando muestras de su humildad y amor por la música el afamado solista pasó a formar parte de las filas de los contrabajistas de la OSC que, en un formato ampliado en relación a la obra anterior, tocaron El sombrero de tres picos, obra del compositor tradicionalista español Manuel De Falla.

Al regresar del intermedio salieron al escenario, todos vestidos de negro, los casi 200 músicos de la SJC. Aquí, como en la pieza interpretada anteriormente por la orquesta local, podía verse a un integrante vestido diferente a todos los demás: De nuevo Edicson Ruiz se negaba a dejar de disfrutar haciendo música, esta vez junto a sus coterráneos que, dirigidos por Dietrich Parades, le regalaron a los presentes una impecable interpretación de la Sinfonía Nº 5 en Mi menor, de Tchaikovski.

Al finalizar una larga ovación en respuesta a la interpretación de la obra de Tchaikovski, se abrió espacio sobre el escenario para permitir la fusión de la orquesta de Chiba junto con la de Caracas.

Los locales, vestidos de blando y negro, distinguieron a los dos primeros violines con unas camisas de colores y los venezolanos colgaron en los cuellos de sus compañeros nipones las medallas con la cinta tricolor que identifica a los miembros del Sistema Nacional de Orquestas.

Así, en un gesto de hermandad entre Chiba y Caracas o más bien entre Venezuela y Japón, Paredes levantó su batuta para conducir la Obertura festiva en La menor, compuesta por el ruso Dmitri Shostakóvich.

En esta pieza, para máxima excitación del público nipón, los metales de la SJC sorprendieron hacia el fina de la obra, cuando aparecieron músicos en los balcones laterales del recinto modernista, imprimiendo así una mayor fuerza y emoción a la interpretación.

Al finalizar, ya sin el público en el aforo, pero con la emoción evidente en sus sonrisas, ambas agrupaciones musicales compartieron sobre el escenario, como en una extensión de la fiesta.

Mientras los músicos locales entregaron algunos obsequios a sus pares venezolanos, el equipo técnico del Sistema Nacional de Orquestas aprovechó la ocasión para tomar algunas fotos de todo el grupo, como las instantáneas de colegio, pero más informales, en las que se pueden ver al maestro José Antonio Abreu y los responsables de impulsar la OSC.

Por su parte, Abreu, fundador del Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela, manifestó su emoción y satisfacción por la gira en Japón, al tiempo que agradeció las atenciones recibidas. Igualmente hizo público su deseo de repetir un concierto con ambas agrupaciones musicales, pero en Venezuela.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Cortesía Fundamusical Bolívar- Nohely Oliveros