Documental Caracas en moto aborda en la gran pantalla el problema del tránsito capitalino

21.01.2014 15:49

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La obra ofrece una visión sobre la circulación vehicular desde los puntos de vista de un peatón, un conductor de carros y un motociclista, perspectivas que se complementan con las posiciones arbitradas de tres especialistas: una psiquiatra, un sociólogo y un abogado

Desde el pasado viernes 17 de enero llegó a las salas comerciales del país la película Caracas en moto, cortometraje del realizador venezolano Daniel Ruiz Hueck que se exhibe antes de Papita, maní, tostón, largometraje criollo que utiliza como contexto la rivalidad deportiva entre los Leones del Caracas y los Navegantes del Magallanes, para contar una historia de amor y al mismo tiempo ofrecer una panorámica de la idiosincrasia criolla.

De momento Caracas en moto, de 10 minutos de duración, puntea las funciones de Papita, maní, tostón en las salas de los centros comerciales de la capital venezolana El Marqués, Sambil, Líder, Galerías Ávila, Galerías Paraíso, Los Naranjos, Metrocenter y Millennium y Sambil. También se puede ver en los cines de Hyper Jumbo y Las Américas en Maracay; Metrópolis y Sambil Valencia, en Guatire y el Parque Costa Azul y Sambil Margarita.

Según describió Daniel Ruiz Hueck al Correo del Orinoco, Caracas en moto plantea una visión del tráfico en la capital venezolana desde los puntos de vista de un peatón, un conductor de carros y un motorizado, perspectivas que se complementan con las posiciones arbitradas de tres especialistas: una psiquiatra, un sociólogo y un abogado.

Con un lenguaje documental condimentado con toques humorísticos, la obra de corta duración, a decir de su director, propone además una reflexión sobre el comportamiento ciudadano de las venezolanas y los venezolanos en el ámbito del tránsito.

“En promedio una persona que vive en Caracas puede estar tres horas diarias en tráfico. Eso significa que vive aproximadamente 30 días al año en el tránsito. Entonces en una ciudad como la nuestra las motos son el único medio en que puedes trasportarte de un lado a otro en un tiempo bastante preciso. Es decir, si quieres llegar en 15 minutos desde Altamira a capitolio en Metro a lo mejor llegas en 20 minutos o más, en carro nunca lo sabes porque puedes tardarte 20 minutos o una hora. En cambio en moto sabes que vas a llegar a tiempo”, refirió Ruiz Hueck.

De tal manera que los vehículos automotores de dos ruedas se han convertido, a juicio del realizador, en un medio de transporte sumamente importante en la capital criolla y al mismo tiempo, consideró, los motorizados se han convertido en víctimas de un gran prejuicio.

Este prejuicio es abordado en el documental para intentar “un análisis diferente” del problema del tránsito en Caracas, donde usualmente el motorizado es visto como el malo de la partida, aún cuando los conductores de vehículos de cuatro ruedas también “viven cometiendo infracciones”.

“Creo que nuestro problema como venezolanos es que siempre le echamos la culpa a otro de nuestros problemas. El motorizado es el malandro, todo es culpa del Gobierno y así. Siempre hay una proyección de nuestros problemas hacia afuera y no hacia adentro. En realidad en el tránsito los malos somos todos, porque no respetamos la ley. Por ahí van los tiros de la reflexión que se propone en el documental”, señaló el realizador.

UNA RAZA DE DOS RUEDAS

Daniel Ruiz Hueck se traslada en motocicleta desde hace aproximadamente ocho años y se le ocurrió la idea de hacer el documental sobre el tráfico caraqueño cuando “en una cola infernal” de la autopista Francisco Fajardo, un señor se bajó de un carro para insultarlo enérgicamente porque pensó equivocadamente que había chocado la Vespa contra su carro.

El realizador no sintió ningún golpe, sin embargo, en medio del caos vehicular el hombre del carro se bajó enfurecido gritando y gesticulando fuertemente hasta que un acompañante lo calmó y lo obligó a regresar frente al volante.

El realizador se dio cuenta de que su “atacante” no lo estaba insultando directamente a él, “que tal vez sería algo que podrías entender dentro de un caos como el trafico caraqueño, pero el problema no era conmigo como Daniel Ruiz Hueck que tiene una moto, el problema era con los motorizados como concepto, como si fuéramos una raza, una tribu o una especie dentro de los homo sapiens urbanos. Me di cuenta de que algo muy serio estaba pasando y del prejuicio que hay hacia los motorizados en todo sentido y me pareció importante hacer un documental sobre eso”, contó el cineasta.

Con el documental Ruiz Hueck le propone a la espectadora y el espectador ponerse en la posición del otro, cualquiera que sea su rol en el tránsito. Sin embargo, admite que en la obra la balanza se inclina un poco hacia el sector de los motociclistas porque lo percibe como el débil en este problema colectivo.

Si bien reconoce que un buen grupo de motorizados es propenso a cometer infracciones, el realizador argumenta que en el fondo subyace una suerte de inconsciencia colectiva.

“En el fondo no es solo del motorizado, los del problema somos todos los venezolanos porque si a mamá le das una moto, por ejemplo, seguramente se va a comportar como todos los motorizados porque la moto es una expresión de libertad que en nuestra sociedad se ha convertido en libertinaje, que se traduce en hacer lo que nos de la gana. Todos, no los que andan en moto, hacemos los que nos da la gana. Y hasta que no entendamos que no podemos hacer los que nos de la gana y que necesitamos cumplir normas para vivir en sociedad, estamos mal, en el tránsito y en cualquier otro ámbito”, reflexionó Ruiz Hueck.

En el documental también se muestra una perspectiva legal sobre el problema del tránsito en Caracas. A juicio del realizador, muchas leyes vinculadas con esta materia están tomadas a veces al calco de sociedades distintas a la nuestra, como por ejemplo la prohibición de circulación de motocicletas entre los automóviles.

En opinión del documentalista los autores de esas normas “importadas, absurdas e incumplibles” parten de que el hecho social debe adaptarse al hecho jurídico, “cuando en realidad debería ser al revés”, señaló.

POR LA LIBERTAD DE MOVERSE

Para el cineasta Daniel Ruiz Hueck el prejuicio hacia los motorizados es mucho más dañino cuando se convierte en una costumbre de la sociedad o, peor aún, en política de Estado, como la medida tomada recientemente en Trujillo, donde quedó prohibida la circulación de motocicletas a partir de cierta hora de la noche.

“Eso es discriminatorio y seguramente es anticonstitucional. Hay muchas otras cosas que se pueden hacer para combatir la violencia sin afectar la libertad de otros individuos”, opinó.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ María Isabel Batista
Caracas