Hoy se cumplen de 76 años de su Primera Conferencia Nacional El PCV se deslindó desde el comienzo de la conciliación socialdemócrata

08.08.2013 19:25

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Si los revolucionarios se confunden con los reformistas del pasado, se pueden perder los cambios, enfatizó Ramón Benítez, militante comunista de base

Sus dirigentes lideraron la huelga petrolera

El 8 de agosto de 1937, hace 76 años, el Partido Comunista de Venezuela (PCV) reunió en la ciudad de Maracay a militantes del Zulia, Táchira, Caracas, Carabobo, Lara, Aragua y Sucre para celebrar su primera Conferencia Nacional en la que acordó “dar la cara, definiéndose como partido revolucionario, defensor de los intereses de la clase obrera, diferenciado del policlasismo y la conciliación de la socialdemocracia”, explicó al Correo del Orinoco el ingeniero Ramón Benítez, militante de base de la organización del Gallo Rojo .

“En esos momentos era imprescindible realizar el deslinde ideológico con la socialdemocracia y para ello resultaba fundamental estructurar el Partido Comunista clandestino en escala nacional”, precisó.

“La revolución no se puede hacer sin revolucionarios. Si se prescinde de ellos o se mezclan con los reformistas del pasado, inevitablemente se llega a la conciliación de clases y su corolario será la pérdida del proceso de cambios que se pretendió realizar”, enfatizó.

ESPERANZA RENOVADA

Esta primera Conferencia Nacional proveyó al PCV de una Dirección Nacional, estableció una línea política de aplicación nacional e hizo “un llamado a todos los que se decían marxistas que militaban en las organizaciones existentes, para que vinieran al partido”.

Benítez expresó que ese hecho “significó la posibilidad de concretar organizativamente la renovación de la esperanza en un mundo mejor para los trabajadores”. Esto, señaló, era especialmente importante, luego de décadas en que toda persona sospechosa de tales pretensiones las pagaba con represión indiscriminada, severos encarcelamientos, torturas y hasta con el sacrificio de la vida”.

La esperanza que alentaba el PCV respondía “a la expectativa que se generó por la Revolución que derrotó al zarismo en Rusia y por el impacto de la gesta mexicana, agraria por excelencia, unida a los esfuerzos de los pioneros que en las cárceles gomecistas produjeron en Venezuela los fundamentos de la ideología revolucionaria”, detalló.

Esas ideas prendieron entre las agrupaciones obreras y gremiales del centro del país, que en defensa de sus intereses constituyeron desde 1931 las primeras células del PCV.

PRENSA REVOLUCIONARIA

En la conferencia se acordó editar y distribuir en todo el país copias del manifiesto Dar la cara, elaborado en esa reunión. “El manifiesto se repartió en la madrugada del día acordado, sábado 19 de febrero de 1938, siguiendo disciplinadamente las instrucciones del Buró Político”, relató.

La distribución se hizo con tal eficacia, “que solo hubo tres presos (un camarada en Mérida y dos en Caracas) a pesar de la vigencia constitucional del inciso sexto, que determinaba al comunismo como un pensamiento pernicioso y consideraba a sus seguidores traidores a la patria que podían ser apresados o expulsados del territorio nacional, aún cuando no estuvieran suspendidas las garantías’, comentó Benítez.

También se acordó asumir de nuevo la publicación del periódico El Martillo con fines de propaganda y educación masivos. Kotepa Delgado y Juan Bautista Fuenmayor fueron los paladines de esta exitosa batalla, relató.

EL AMBIENTE POLÍTICO

Benítez recordó que en el año 1937 gobernaba en Venezuela Eleazar López Contreras, quien “luchaba por su supervivencia política”, y para ello trataba “según las circunstancias, de no dejar morir al gomecismo o transformarlo. La Guerra Civil Española era una clara expresión de la ofensiva contra los gobiernos progresistas de Europa y América y con esa misma política, López Contreras expulsó del país a connotados dirigentes progresistas”.

En la resistencia al anticomunismo “jugaron un papel de primera línea los obreros comunistas del Estado Zulia, organizadores de la huelga que estalló el 14 de diciembre de 1936 en los campos petroleros de Zulia y Falcón, entre ellos José Martínez Pozo, Manuel Taborda y Jesús Faría, para acabar con el oprobio de las paupérrimas condiciones de trabajo impuestas por las compañías norteamericanas”. “Una de las reivindicaciones exigidas por el personal era poder beber agua, reveló.

QUIÉNES ERAN

En la formación del PCV convergieron obreros zapateros, panaderos, albañiles, exiliados antigomecistas afiliados a partidos comunistas en el exterior “y sectores de la clase media radicalizados después de las acciones del año 28; los obreros petroleros del Zulia y otros grupos nacionales, agitadores y divulgadores de literatura marxista, que habían constituido la semilla del partido desde el año 1931”.

“Los hermanos Fortoul, –Aurelio y Mariano– logran instalar, el 5 de marzo de ese año la primera célula, integrada por Víctor García Maldonado, Tomás Aquino Torres, Tomás del Carmen Torres y José Antonio Mayobre. Como Secretario Político fue designado el camarada Tomás Aquino Torres, conocido entonces como Tirso”- detalló.

También en 1931, el VII Congreso de la Internacional Socialista aceptó al Partido Comunista de Venezuela y a ese evento asistieron como observadores Germán Tortosa,–abuelo de Jesús Faría Tortosa, diputado a la Asamblea Nacional elegido en las filas del PSUV– y José Antonio Mayobre -destacó.

DESPUÉS DE LA CONFERENCIA

“La batalla del año 1936 la ganó la derecha. En 1958, a pesar de la correlación de fuerzas favorable, la derecha, mejor organizada que las clases populares, volvió a ganar y el Pacto de Punto Fijo, hijo del acuerdo de Nueva York entre Betancourt y Caldera , cerró el camino no solo a los comunistas sino todos los patriotas y revolucionarios de diferentes matices y el éxito cubano, logrado por medios no electorales, nos condujo al fracaso guerrillero” -sostuvo Benítez.

“Vino el 4 de Febrero con la avasallante personalidad del comandante Chávez que es el primer gobierno que se enfrenta a los designios antiimperialistas. Las masas populares lo siguen con mucho amor”, acotó.

La herencia del Presidente Maduro, aceptada sin beneficio de inventario, y legitimada en pulquérrimas elecciones, tiene una tarea de inmensas dimensiones que sólo puede ser exitosa con la unión de las fuerzas populares en el programa y propósito liderado por nuestro Comandante en Jefe, empresa que va en camino acotó.

La lección que pudiera derivarse de la ya lejana primera Conferencia del Partido Comunista de Venezuela, “útil para los venezolanos de hoy, sería la de analizar sin complejos nuestra situación y comprender que es necesario para la correcta dirección del Estado con el menor costo y mayor seguridad, que los funcionarios públicos y militantes, en todos los niveles, sean mayoritariamente eficientes, eficaces y tengan la claridad ideológica que los comprometa con su quehacer cotidiano”, sentenció Benítez.

Texto/Mercedes Aguilar
Foto/Cortesía